Muerto Franco, y en el umbral de la reforma política, en plena lucha por la conquista de las libertades, en 1976, el productor Antonio Isasi-Isasmendi dirigió El perro una película sobre un tirano latinoamericano, un Tirano Banderas, creado por el novelista Alberto Vázquez-Figueroa.
En la cárcel la transmisión de la información tiene que ser oral, recordarla requiere de alguna técnica. Un profesor universitario se vale de un teorema matemático para recordar la lista de los principales conjurados contra el sanguinario dictador.
La matemática se convierte así en un Palacio de la Memoria, el modo que los autores renacentistas consideraban que era la clave de la oratoria clásica.
La matemática es también consuelo en la adversidad… y una forma de ocultar la red clandestina contra la injusticia.
Matemáticas de cine 
Muy interesante sus palabras en este artículo Señor Requena, me ha gustado mucho. Es verdad que en el Renacimiento se » Enseñaba» a retener memorísticamente la información y los mensajes, a saber interpretar las imágenes artísticas sólo para ti sin que nadie o nada estuviera de testigo y claro se compartía con los afines solamente.